Paso casi definitivo hacia la salvación

No me gusta confiarme, habitualmente evito hacerlo, pero después de un 0-3 contra un rival directo es imposible no pensar que la salvación es un hecho. Estamos en la mitad de la tabla, a ocho puntos del descenso y, sorprendentemente, a siete de la Uefa. Nadie se esperaba este resultado. Algo engañoso, pues el Zaragoza fue el que puso las ocasiones, menos claras, pero llegaban más al área que el equipo bético.

El Betis sabe a que juega, llevamos jugando así fuera de casa desde que llegó Chaparro (con un 0-1 ante el Villarreal). Esperamos atrás, con las líneas juntas y dando el balón al rival en los primeros compases del encuentro. A la contra hacemos mucho daño, y el sevillano se dio cuenta de ello. Con los jugadores que tenemos arriba podemos tumbar a practicamente cualquier equipo. La velocidad de Mark González, el gol de Edu, la clase de Sobis, y la encomiable labor de Pavone en el centro del ataque. El sistema está funcionando a la perfección, un 4-2-3-1 al que los jugadores se han adaptado muy facilmente. La presión suele ser floja la mayor parte del partido, de hecho, el Zaragoza llegó facilmente hasta pasada la línea de tres cuartos, pero a partir de ahí comenzaba la presión verdiblanca, primero por parte de los centro campistas, y si consiguen salir del regate, los centrales salían rapidamente a tapar un posible disparo/pase de los maños.

Siempre se intentaba sacar el balón jugado para montar la contra lo más facilmente posible. Capi o Sobis llevaban el balón con velocidad hasta, al menos, el centro del campo, y a partir de ahí se metían balones al hueco buscando la velocidad de, sobre todo, Mark González. A la hora de hacer coberturas los jugadores fueron muy generosos, Mark y Sobis hicieron un buen trabajo defensivo, pero, sobre todo, Odonkor en la segunda parte ayudó mucho a Ilic, que estaba teniendo ciertos problemas. Fernando Vega hizo otro partidazo -¡Vega selección!-, y borró a S. García del encuentro cuando permutó con Gabi.

Ojo al golazo de Mark Gonzalez, el segundo, pese a que el primero también fue de bella factura. Comienza a correr en el centro del campo, deja atrás a dos rivales y define a la perfección. Está en una forma impresionante, una pena que se haya retirado lesionado. Esperemos que no sea nada... Pavone tuvo, quizás, algo de suerte, pero es increíble el remate que hace.

"Ni Uefa ni pollas", decía Schuster hace dos años a estas alturas. Suscribo las palabras del alemán. Siete puntos son muchos puntos, y tenemos que mentalizarnos para conseguir el mayor número de puntos posibles para conseguir la salvación, nuestro único objetico. La salvación matemática, por supuesto.

P.D. Me permito el lujo de hacerle una recomendación a los jugadores del Zaragoza. Cuando os tiréis y el árbitro no pite, ir a por el balón, no os quedéis parados.