¿Cómo puedo llamar a esto?

Sorprendido, consternado, anonadado, alucinado, decepcionado... Me faltan palabras para poder describir lo visto hoy en el Madrigal. Si es lo que querías, lo has conseguido Chaparro. Te has superado.

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Comienza el partido con un Betis enchufacísimo, dominando al Villarreal de una forma aplastante. Las ocasiones se suceden, una tras otra, y el gol acaba llegando en un gran centro de Mark que Damià remata de forma magistral. Baño de juego al equipo de Pellegrini. Les superamos en todas y cada una de las facetas futbolísticas conocidas por el ser humano. Dominamos el balón, no les dejamos salir con la pelota controlada, sus mejores jugadores del equipo amarillo practicamente ni la olieron... pero se fallaron ocasiones y eso se paga.

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Sin embargo, el equipo en la segunda parte salió, dentro de lo que cabe, enchufado. Pero la condena de Chaparro volvió a emerger. Saca a Mark Gonzalez y entra Monzón. Pasito atrás (otro más). El Villarreal asedia la portería verdiblanco, y Casto decidió dar un pasito adelante... y se la comió. Empataba el submarino con una jugada a balón parado, en la que, en mi opinión, el guardameta extremeño falla, pese a que el disparo de Gonzalo, sin llegar a poder ser calificado de inapelable, sí sería acertado decir que fue bastante acertado. Un movimiento técnico expectacular que no exime de responsabilidad al canterano.

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Un minuto después, una jugada llena de infortunios creaba el segundo gol castellonense. Ibagaza en la línea de fondo, bajo la atenta mirada de Arzu, cuelga un balón que Pirés remata de forma desastrosa, y éste va a llegar a las botas de Llorente, que fusila a Casto.

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Chaparro debería crear un Decálogo titulado, "Como tirar partidos a la basura", aquí tendría un lector desde luego. Sobresaliente planteamiento táctico que se encargó de derrocar el solito con sus cambios tácticos absurdos y su miedo a perder. "A veces no hay explicaciones", ha sido su única (valga la redundancia), explicación. Es cierto, Francisco, a veces no hay explicaciones, pero este, no es el caso. Entona el mea culpa y da la cara. No tienes ninguna culpa de que el Villarreal haya sacado tres tiros en la misma línea de gol, pero te has acobardado y contra los grandes no se puede jugar a defender el resultado.