El fútbol puede ser maravilloso... o no

Ayer se jugó un partido que seguramente quedará registrado en mi memoria como uno de los más tristes de mi vida. El Getafe nos puso a todos el corazón en un puño, pero al final apretamos demasiado y el corazón explotó. Y explotó en una combinación terrible, una mezcla entre pena y rabia de la que aún quedan las migajas, esas migajas incómodas como nadie, duraderas como ninguna.

El partido no se puso de cara, parece que las estrellas estaban alineadas para que ayer perdiera el Getafe. En el minuto cinco ya se quedó con uno menos, De la Red, que por mucho que digan Matías Prats y cía, eso era una expulsión como un piano. De esa falta casi llega el gol alemán, pero Toni controlo con la mano un balón franco. Sin embargo y contra todo pronóstico, los azulones aguantaron como jabatos, y, en una contra armada por el "héroe sin premio" de esta eliminatoria, llegó el uno a cero en una jugada que el mismo culminó.

Y siguió aguantando el Geta, dejando a España en vilo, e incluso fallando dos ocasiones clarísimas, sobre todo una, en la que la desgracia se cebó con Braulio, que se resvaló cuando iba a marcar el segundo. Así llegamos a los últimos minutos, con el equipo azulón logrando una proeza; ganar al Bayern con uno menos durante todo el partido. Pocos equipos, por no decir ninguno, pueden presumir de eso. El Getafe, desgraciadamente, tampoco. Pero sí pueden presumir de no perder ni un solo encuentro contra los bávaros.

Ribery cazó un rechace en un cúmulo de imprecisiones por parte de los dos equipos en el área de Abbondanzieri y la pegó perfecta. Imparable. Gol del Bayern.

La prórroga no se hizo esperar, y sorprendentemente, Casquero marcó un golazo que, de no ser por el resultado final, hubiera sido el protagonista de todos los telediarios, de todos los video resumenes del encuentro. Pero "el Pato" cambió la historia. Sin embargo, aún quedaba tiempo para más. El tercero llegó de la mano de Braulio, tras otra buena contra del equipo madrileño. Todo parecía sentenciado, pero las esperanzas para los teutones se avivaron gracias a una cantada del argentino. Golpe franco desde el lateral, flojo, aparentemente fácil, que se le escapa de los guantes. Se olía el desastre.

En la última jugada del encuentro, una jugada que me pareció estúpida desde el primer momento. Subió Kahn y en vez de colgarla a la primera, intentaron hacer la jugada. Sin embargo, el centro llegó y Luca Toni estaba allí para rematar, y el Pato no estaba para tirarse. La imagen, si la miras detenidamente, da auténtica pena. El argentino va corriendo al balón, y se tira cuando está dentro. Lamentable, simplemente lamentable.

Sé que le he dado demasiados palos a Abbondanzieri, se que he sido un poco agresivo, quizás demasiado, pero la rabia acumulada tenía que salir de algún modo.

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PD. "El fútbol es un deporte de once contra diez en el que no ganan los alemanes"