Los Gladiadores del Coliseum

Voy ha hablaros sobre el Getafe-Barça; Antes del partido ¿Quién iba a apostar por que el Getafe quedara finalista? ¿Quién iba a apostar por un 4-0?
Os daré la respuesta, todo Getafe. La ciudad se unió en un solo jugador, llevaba el 12 en la espalda, y logró más de lo que la gente piensa.

Comenzó el partido y 16000 gargantas empezaron a gritar, ¿Pocas? No, claro que no, 16000 voces al unísono, pitando al Barça, aplaudiendo todas y cada una de las acciones de sus jugadores. Eso es un afición, la magia del Alfonso Pérez había nacido. Había nacido para ganar un partido que les daba la oportunidad de jugar su primera final copera, su primera clasificación para Europa, la ilusión.

Casquero, el hombre de los golazos, ya consiguió uno en el Ruiz de Lopera, hasta los béticos le aplaudimos en la Cartuja (yo desde mi casa viendo la TV). Este partido, el más importante de la historia del Getafe hasta ahora no se podía quedar sin un gol de Casquero. El ex-racinguista ha ido esta temporada de menos a más, y se ha convertido en una pieza clave para Shuster.

Shuster, salió con cuatro defensas, en las gradas del Coliseum se murmuraba ¿Cómo se puede remontar un 5-2 así?
El alemán ha cerrado las bocas desconfiadas, preocupadas por su equipo.
El ex del Barça ha echado a su equipo cruelmente de la Copa. Les ha humillado, les ha dado su propia medicina. Les ha ganado al estílo Barça.
Tocando, sin prisas, el Getafe ya había ganado, teniendo un presupuesto muy bajo había llegado a la semifinal de la copa del Rey que no es ni mucho menos poco. Güiza (2), Vivar Dorado y Casquero. consiguieron los tantos, pero el mérito no es solo de ellos, es de todo el equipo, de todo Getafe, y de todos los Getafenses que vieron el partido en su casa, en el Bar, que lo escucharon por la radio... el mérito es de todos ellos.

En la otra cara del partido se encuentra el Barça, avergonzados, humillados por un equipo a primera vista peor que ellos. El fútbol no es solo nombres, es más que eso. Es ilusión, casta fuerza. Es sentir los colores, el hambre de títulos. Es querer ganar un partido por encima de todos.

Paredes, el lateral del Getafe fue esencial. Ronaldinho no baja, malo para el Barça, siempre había una superioridad numérica en la banda derecha getafense.
Lo mismo pasaba en la banda izquierda, donde el francés Ludovic Guily hacía lo mismo que el brasileño, y Cosmin Contra hacía lo propio.
Zambrotta y Silvinho, impotentes, ¿Qué podían hacer?

Despues del partido vienen las celebraciones, la vuelta a casa sin nada en las manos. Vienen las lágrimas de alegría... y de tristeza.
En el Barcelona, un equipo que no salió a nada. Salió a ver fútbol, y vaya si lo vio.
En el Getafe, hicieron un partidazo pero de no ser por el malísimo día del Barça otro gallo cantaría.
Rijkaard, el hombre sin temperamento, no es capaz de armar una buena bronca y poner a cada uno en su sitio, en vez de romper los banquillos tendría que poner a los Ronaldinho, Giuly... en su sitio. Como echan de menos los culés a Ten Cate.

Al final 4-0 y Getafe-Sevilla.
¡Vamos Getafe a por la Copa!